El ácido hialurónico es comúnmente llamado el “elixir de la juventud” debido a su amplio uso en cosmética. Sin embargo, también se utiliza en medicina para tratar diversas enfermedades, incluidas el cáncer, la artritis reumatoide, así como enfermedades hepáticas y oculares.
El ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra de forma natural en el organismo humano en forma de sal sódica (hialuronato de sodio). Se encuentra en la mayor concentración en la piel, en el líquido sinovial y en el humor vítreo del ojo. Además, forma parte de los fluidos corporales, del tejido conectivo y constituye un bloque de construcción de las paredes de los vasos sanguíneos.
La función principal del ácido hialurónico es la retención de agua. Cada día, aproximadamente el 30% del ácido hialurónico presente de manera natural en el cuerpo se descompone y es reemplazado por nuevas moléculas. Sin embargo, con la edad, su cantidad disminuye progresivamente, lo que provoca la degeneración de los tejidos donde se encuentra. Por ello, cada vez con más frecuencia sus deficiencias se compensan administrándolo desde el exterior en forma de inyecciones, tabletas o cremas.
Las arrugas son un fenómeno natural a cierta edad, lo que no significa que debamos resignarnos. Hoy en día es posible eliminarlas de manera igualmente natural, utilizando precisamente ácido hialurónico. Su función más importante es la de retener agua: una sola molécula de ácido puede fijar hasta 250 moléculas de agua, lo que permite que la piel se mantenga correctamente hidratada, firme y elástica. Gracias a los avances de la medicina estética, ahora podemos rellenar esos vacíos.
Los preparados de ácido hialurónico administrados en las capas más profundas de la piel actúan como un relleno natural. Pueden utilizarse para aumentar los labios, suavizar arrugas, rellenar depresiones faciales, pliegues nasolabiales, arrugas alrededor de la boca, cavidades en el mentón, mejillas caídas o sienes hundidas. También son ideales para eliminar la flacidez del lóbulo de la oreja, las arrugas del entrecejo, las líneas horizontales de la frente, modelar el mentón, corregir y perfilar la nariz, levantar las comisuras caídas de los labios, rellenar arrugas perioculares y otros tratamientos similares.
El procedimiento consiste en inyectar el preparado en la zona adecuada y a la profundidad correcta. El uso del ácido hialurónico como relleno tiene como objetivo aumentar el volumen, modelar el rostro o redefinir el óvalo de las mejillas.
El ácido hialurónico es bien tolerado por el organismo y los resultados de los tratamientos son inmediatos. Después de 10-12 meses, el preparado se degrada de manera natural por acción de enzimas, por lo que, para mantener los efectos, los procedimientos deben repetirse. La ventaja de este tratamiento es que, incluso tras la absorción del producto, se observa una mejora significativa en la calidad de la piel, gracias a la regeneración de las estructuras intercelulares, el aumento de la elasticidad y la mejora de su tono. La aplicación se realiza con una aguja muy fina o una microcánula. El procedimiento puede realizarse con anestesia previa, aunque no es indispensable ya que no resulta muy doloroso. La sesión dura un máximo de 30 minutos y los efectos son visibles de inmediato.
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